4.10.2012

VIII.


A la mañana siguiente, el sol alumbraba en todo su esplendor el azul rey del barco. Tobías, con suma pereza, se levanto y comenzó a arreglarse. Notó, que en la mesita de café que se encontraba casi a la entrada del barco, una tacita de té de manzanilla estaba humeante esperándolo. Había una nota a un lado.
Buenos días Señor Sol! Levántate y sonríe, nos espera un día largo.
Tobías sonrió, lo cual fue raro, ya que realmente pensó que seguía soñando.
Hola Tobías. ¿A donde iremos hoy?
-Ah, entonces no eres un sueño verdad?
Nope. Lo siento. Tendrás que lidiar conmigo el resto de tu viaje.
- Esta bien. - Hizo un gesto de desagrado. -Bueno, hoy tenía planeado ir a otra isla que esta cerca de aquí, mas realmente creo que tardaremos mas de lo esperado. Hay varios círculos de islas aquí, podemos ir a verlos si quieres. Ya sabes, buscar conchas de mar, ver los atardeceres, cantarle a la luna. Navegaré toda la noche, si se puede más,  para que lleguemos a tiempo. Después, iremos a unos cuantos bosques que están cerca de ahí, ya en ciudades un poco más habitadas. El día está muy bueno para navegar.
Me parece perfecto.
Siguieron su camino. A lo largo, tarde o temprano, alguien tenía que empezar alguna plática decente. Si no el viaje iba a ser mas largo de lo que ya iba a ser.
- Muy bien. Pues tú, Brisa..-
Me llamo Cleo.
- Bueno, Cleo.. Tú sabes de mi pasado, creo.. pero yo no se del tuyo. Cuéntame. De donde vienes, a donde vas. -Lo dijo en un tono medio burlón, tratando de que la tal brisa se hartara y lo dejara en paz. Era un chico de pocas palabras, y pocos amigos.
Ja, ja. Muy graciosito. Pues te diré.. es.. complicado. Tengo vagos recuerdos de donde vengo, no se a donde voy. A veces, en la noche, me llegan los recuerdos de mi madre. Su sonrisa, sus canciones de cuna, las veces que íbamos de paseo al parque. Otros días, me llegan los recuerdos de mi padre. De la primera vez que me llevo de pesca, o de aquél último beso de buenas noches. Sabes, es triste. Una mañana desperté, y me convertí en aire. Así, de la nada.
-¿Así como así?
Sí. -Dijo en un tono triste.- De un día para otro, pasé a ser un espíritu volando en el aire. Partículas de voz, cantando canciones de cuna a la luz de la luna. Mis padres se fueron olvidando de mí al paso de los días. Para cuando mis ojos soltaron las primeras lágrimas, ellos ya estaban muertos. Así, de la nada. Sigo sin creerlo, ¿sabes? Como de la nada, solamente vivo de pétalos de rosa y canciones de cuna.
-Vaya. - Tobías estaba sumamente sorprendido.
Sip. Por eso te entiendo, cuando dices que estas solo, o que nadie te entiende. Así estoy yo.
-Es.. increíble. Y... ¿Por qué no puedo verte?
Necesito algo con que hacer mis sombras. Casi siempre uso hojas de los arboles, o pétalos de flores. Con la brisa, formo figuras en el aire.
-Sería mas interesante verte a los ojos en vez de estarle hablando a la nada.
No soy la nada. Soy.. un algo. -Dijo en un tono serio.
-No quise ofenderte.
Es igual. Tal vez algún día puedas verme.
-Algún día será. 

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