De arriba, para abajo. Todo el día. Ya a las 5:55am volteo a apagar el reloj. Se fue mi sueño.
Examen tras examen, trabajo tras trabajo. Día horrible, en general. Gracias a Dios es fin de semana.
Llevo siglos sin verte, y sigo sin creerlo. Tal vez de eso fue mi sueño de anoche, en donde jugabamos tu y yo en la madrugada a la luz de las estrellas, en un parque en uno de esos crateres de la luna.
Me invitaste una copa. Te dije que sí, claro. Pero, una copa de que? Podría haber sido agua mineral, Coca, incluso jugo de naranja. O tal vez fueron gotas de esperanza. Gotitas de fe.. de que serían?
Probe la copa, y me supo a café. Café amargo, sabes? No me gusta!
Dejamos la copa a un lado, y nos sentamos a ver las estrellas. Me abrazaste, pude poner mi cabeza sobre tu pecho. Sentir como respirabas, como tu corazón latía despacito. Hasta se podía decir que olías rico.
Agarraste mi mano, y me pusiste un anillo. Me acuerdo de ese anillo, ha de estar tirado en algun rincon de mis recuerdos, o mi habitación. Me acuerdo que era plateado, brillaba casi tanto como una estrella. Fue el primer regalo que me diste.
Me quede abrazada junto a ti, no quería despegarme ni un momento. Bajaste tu cabeza un poco, y me diste un beso en la frente. Sabes, fue raro. Ni siquiera lo sentí.
Sentí que tu mano acariciaba mi cara suavemente. Fue lindo, ya que soy la persona mas cosquilluda del mundo y no podía dejar de reirme. Mas, paso lo mismo que con tu beso. Era como si solo sintiera la brisa pasar, como si un ligero cosquilleo rosará mi cuerpo.
El cielo se empezó a nublar, y segundos después empezó a llover.
Nos paramos, y tus ojos y los míos se toparon. Era como si pudiera ver tu alma a traves de mis ojos, y como si tu hubieras visto la mía con tan solo una mirada.
Te acercaste, y me besaste. Fue como si el tiempo se hubiera detenido, como si mi corazón hubiera dejado de latir. Te separaste de mi un momento. Abrí los ojos. Me susurraste algo a mi oído, no recuerdo que era. Ah, si. Te quiero, amor. Al mencionar esto, recuerdo perfectamente que me volviste a besar, pero ahora lo sentía diferente. Ya se porque el café sabía asi. Ya se porque no te sentía. No sentía dulzura, ni ternura, ni paz. Sentía un sabor.. amargo. Un beso de sal, fue lo último que supe de ti.
Sí ese fue el sueño que olvide. Ya veo porque no me acordaba.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de mi realidad. A pesar de que yo lo quería ver todo dulce, como si todo realmente fuera eso que dicen amor y que nada malo pasaba. Ha.
Todo fue amargo, en vano. Sí, se dijeron palabras lindas, y lo que quieras. Pero, realmente todo se baso en mentiras. En como, a veces, finjimos o incluso hasta intentamos querer a una persona, por el simple hecho de no querer sentirnos solos. Por el hecho de tener a alguien que te llegue a decir Cielo o incluso Amor , aunque sea la mentira mas grande del mundo.
Que ingenuas podemos ser las personas a veces, verdad?