7.15.2011

La trágica historia de un corazón con patas.

Hola, mi nombre es Paula, y vengo a contarte la historia de como conocí a B., el corazón con patas que vivía cerquita de mi casa, ya hace mucho tiempo cuando yo estaba pequeña.
B vivía en la casa de una vieja gitana que vivía en el barrio. Su nombre era Silvana. Nadie sabía cuantos años tenía, ni de donde venía, nisiquiera a donde iba. En fin.
B vivía en una esquina de la gran carpa de Silvana. Silvana se había encontrado a B. hace aproximadamente 5 meses, tirado en la calle, con rasguños, tierra y demás. No lo podía dejar ahí tirado, seguro pertenecía a alguien y seguro lo reclamarían pronto. Lo tomó como si fuera el de ella, y lo guardó por mucho tiempo ya que nadie lo reclamo. Jamás.
B. era pequeñito, tenía pequeñas grietas de amores olvidados. Uno por ahí, otro por aía.
Un día, mientras B. caminaba por las calles del barrio, yo estaba asomada por la ventana, viendo a este personaje tan poco común ir directo a la plaza central. No caminaba bien, parecía como si una de sus piernas fuera mas corta que la otra, caminaba lento mas trataba de apresurarse para llegar a su destino.
Al llegar, se sentó en la banqueta, enfrente de un campo de cesped y unas bancas. Todas las bancas estaban solas, excepto una. La de un muchacho jovén, chaparro.. algo feo, podrías decir. Se rumoreaba por ahí que a su ex prometida le gustaba navegar, y antes de su boda se fue a dar su última excursión al oceano. Jamás regresó.
Estaba llorando, B. no sabía porque, yo sí. Ya se cumplían 2 meses desde la partida de su prometida, y el siempre se sentaba en esa banca porque fue en donde le propusó matrimonio, tres meses atrás.
El corazón veía que el estaba muy triste, asi que decidío que quería hacer algo por el.
Partió un pedazito de una de las grietas que ya tenía medio abiertas, y la puso en la banca. Se le quedo biendo, sonrió, y se fue. Un pedazito de corazón, de un extraño a otro.
Así vinieron mas días como ese para el corazón con patas llamado B. En el pueblo, lo hacían llamar el cura almas. A las almas que les regalaba un pedazito de su corazón, ya no se quejaban de nada, no se lamentaban de la vida, ni nada por el estilo. Se decía que con el pedazito de corazón que les daba, llenaban el vacío que les faltaba después de haber pasado momentos desafortunados en su vida.  Una vez le tocó una niña que perdió a sus padres en el incendio de la semana pasada; una en donde a la madre de una pareja de gemelos
A finales de año, ya en el nevado diciembre, el corazón ya nada mas tenía una parte muy pequeña de sí. Ya no quedaba nada, solamente un alma hecha pedazos. Un alma que había dado todo por completos extraños, y que solamente quería lo mejor para los demás.
Decidío que era tiempo de dejarse llevar por el viento. De que su alma se fuera al infinito, ydejar su cuerpo ahí para quien lo necesitara. Tomó el último pedazito de corazón que le quedaba, lo envolvio en un liston rosa, y lo dejo en la misma banca en donde había ayudado a su primer desafortunado.
Su alma, tan vacía y tan ligera, se fue bailando al son del viento, mientras que su cuerpo quedaba ahí, su último pedazito de corazón en la banca.
Años después, una pequeña niña de tez blanca, labios rojos cual carmín, y de pelo negro como el mar al anochecer, vió el corazón en la banca, lo examinó, y lo guardo en su bolsa.
Desde aquel día, lo tiene exhibido en su cuarto, y lo guarda ahí desde siempre.


-Se dan cuenta, como alguien que da tanto por una o mas personas, puede llegar hasta a desvanecerse a si mismo?

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