Hola. Mi nombre es Anna.
Son las 2 de la mañana. Estoy en mi cocina, con una sola luz prendida, una computadora, y a un lado, un vaso de tequila.
No se cuanto tiene, no se desde cuando esta ahí, solo se que esta ahi.
Tuve un día pesado, como pensar que el hecho de traer esa estúpida mascara de falsedad, de sonrisas ante todos podría causarme tanto problema. La verdad es que me harta.
Te escribo tu historia. Vas caminando, lentamente, en una calle de un pueblo viejo. No se si es en México, o en Europa tal vez. Estas totalmente solo, y yo estoy narrando tu historia. De la nada, mueres. Estabamos en una guerra, o algo así, y nos atacaron. Te dieron en la cabeza. Yo estaba perpleja, no podía ni siquiera mirarte.
Un sueño. Si, solamente un sueño. Porque juegas conmigo de esa manera?
Ya no puedo estar así, ya van tres meses desde que el vaso de tequila esta alado mío todas las noches.
Para que, para poder olvidar? Para sentirme mejor? Para que? No me sirves de nada, estúpida bebida.
Tal vez es solamente para poder olvidar. Para poder desaparecer entre las sombras de la noche, desvanecer en los sonidos de los carros que pasan por mi casa. Al final de cuentas, mi tristeza se queda en donde mismo. Encerrada en una botella de cristal.
Y yo sigo aquí. Nada cambia, todo sigue igual.
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