Existen muchos rumores sobre esta historia en particular.
Entre las partículas de la brisa y el aire, es en donde se desarrolla
nuestra historia.
Nos remontamos tiempo atrás, a esos días en donde los jóvenes eran mas
libres que ahora. En donde los adultos tenían mas tiempo para si, en vez de pasárselas
día y noche encerrados en cuatro paredes blancas, o lo que solemos llamar, oficinas.
Nuestro personaje principal es alguien al que yo describiría como peculiar. Es alguien difícil de
describir. Su físico parece de 17, ocultando su edad verdadera. Era tan alto
como los arboles de los bosques de Canadá. Si mirabas para arriba, apenas y
podías ver su cara de lo alto que estaba. Sus piernas, largas y oscuras,
parecían cortezas de arboles. De ellas incluso se podían ver sus raíces, y
pequeñas ramas con hojas de tonos de verde colgando de ellas.
Se dice que desde su nacimiento hasta ya su adolescencia, los únicos
que alguna vez habían visto su rostro eran sus padres. Siempre fue una persona
muy tímida, jamás saludaba a nadie, y como era tan alto, fácilmente se podía
confundir hasta con un árbol. Siempre le llamo la atención el mar, el viajar
por el mundo. A medida en la que fue
creciendo, su mayor meta fue el poder hacer su primer viaje por la mar, más
nunca había tenido la oportunidad.
Desde siempre, cuando se recostaba en el techo de su casa a mirar las
estrellas en la noche, repasaba cada uno de los mapas que venían en los libros
de las bibliotecas que rentaba, los libros de su casa, de la escuela, los
libros que pudiera obtener. Sabía cada una de las rutas que pudieran haber
existido, su fascinación era descubrir lugares ocultos del mundo y sus
alrededores. Su nombre era Tobías.
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